La obra del cotizado artista chino Qi Baishi en el Museum Jorge Rando de Málaga

La venta de la serie Los Doce Tablones de Paisajes del pintor Qi Baishi por 144 millones de dólares la sitúa entre las obras más caras de la historia del arte. Es la primera vez que la obra de Qi Baishi sale de Asia para una exposición, acogida por el Museum Jorge Rando de Málaga. Una muestra del pintor moderno más importante de China y uno de los artistas más cotizados del mundo. El museo presenta un discurso artístico de encuentro entre la pintura oriental de Qi Baishi y sus seguidores y la occidental de Jorge Rando.

La exposición The breeze from Qi Baishi's hometown ha sido organizada por el Museo Memorial de Qi Baishi en colaboración con el Museum Jorge Rando y exhibe sesenta obras de pintura china, caligrafía y grabado de sellos de Qi Baishi y sus seguidores, y 44 obras entre óleos de gran formato, dibujos y acuarelas de Jorge Rando. Dada la excepcionalidad del evento solo podrá visitarse del 20 al 23 de marzo.

Qi Baishi (1864-1957) es el artista moderno más importante de la República Popular China. En años recientes, el también poeta y calígrafo, ha sido reconocido como uno de los grandes maestros de la pintura universal, lo que ha permitido el redescubrimiento de occidente por la belleza y simbolismo de la estética oriental.

El recorrido pictórico nos muestra las etapas creativas de un artista que inició un nuevo camino en la pintura china, caracterizada por sus rígidos convencionalismos pero poseedora de una libertad absoluta, apostando por una creación más libre y personal que tituló Flores rojas y hojas de tinta. La
obra de Baishi se presenta junto a la de sus discípulos y seguidores, un total de 29 pintores entre los que figuran referentes del arte contemporáneo chino como Chen Xiaoqui, Wang Qizhi o Zhu Wenzhi.

Qi Baishi, conocido con el sobrenombre de artista del pueblo, nació en Xiantang, provincia de Hunan, en 1864. Su vida es la historia personal de un artista que se construyó así mismo y cuyo esfuerzo, dedicación y autorrealización le permitió llegar a la cima de su profesión: en 1953 fue nombrado Presidente de la Asamblea de Pintores Chinos y la Asamblea Nacional, y en 1955 el Consejo Mundial de la Paz le concedió el Premio de la Paz Internacional. Fue profesor del Colegio Nacional de Artes de Beijing, Cátedra Honoris Causa de la Academia Central de Bellas Artes de China o Director Honoris Causa de la Academia de Bellas Artes de Beijing, entre otros.

Qi Baishi nacía a mediados del siglo XIX en el seno de una familia de agricultores. A la edad de 18 años descubrió el Manual del jardín de la semilla de mostaza y a través de esta guía de aprendizaje se fue instruyendo; comenzó como retratista y pintor de escenas costumbristas, hasta que un viaje alrededor de China, cuando tenía 40 años, supuso también un viaje iniciático en su quehacer artístico. Contempló la obra de los grandes maestros chinos como Xu Wei, Zhu Da, Shi Tao y Jin Nong, la majestuosidad de las montañas, la belleza de los cerezos en flor o la armonía en el fluir del agua; su observación se detenía ante cada pequeño detalle, objetos cotidianos que acopiaban la esencia de lo extraordinario.

El encuentro de Qi Baishi y Jorge Rando
La actual exposición presenta dos lenguajes pictóricos, el de oriente y el de occidente, representados en la obra de Qi Baishi y Jorge Rando, que se unen en su intencionalidad de que el arte conecte al ser humano con lo universal y lo renueve espiritualmente. Coinciden, también, en concebir el vacío como espacio creador y transformador.

La estética de ambos artistas no busca dominar la naturaleza sino representar su integración en ella, a través de una pincelada única, dominada por la gestualidad y libertad del trazo. En esta exposición Jorge Rando presenta obra inédita de su ciclo El sufrimiento posa clamando justicia y obras icónicas de Afrika, Prostitución, Maternidades o Animales, entre otros. Un encuentro entre oriente y occidente que erige el arte como puente entre ambas culturas. «La pintura de Qi Baishi es luz viva que sigue alumbrando al mundo y que guía a la humanidad hacia una simbiosis armónica con la naturaleza. Su obra es un viaje espiritual al interior de nosotros mismos, invitándonos a dialogar con el único lenguaje que compartimos todos los seres vivos, el lenguaje del alma» ha manifestado el pintor malagueño.