Secundino Hernández en el CAC Málaga

El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presenta la primera exposición en un museo en España del artista madrileño Secundino Hernández. Todo es mucho, comisariada por Fernando Francés, que puede visitarse hasta el 6 de mayo de 2018. La obra de Secundino Hernández (Madrid, 1975) con tradición analítica de la práctica artística, es principalmente pictórica, aunque también realiza dibujos y relieves en diferentes materiales, ésta, ha evolucionado en función a las necesidades que el artista ha sentido en cada momento, por lo que afirma que no puede definirla de un modo general. Su pintura se caracteriza, desde muy temprano, por el ánimo exploratorio y la inquietud en torno a los aspectos esenciales de la construcción y la elaboración pictórica. 

Comenzó a exponer en el 2002 y su trayectoria profesional se ha convertido en una de las más internacionales de los artistas de su generación. Gran conocedor de la Historia del arte, tiene influencias diversas: los maestros de la pintura española como El Greco, Goya o Velázquez y los representantes más señalados de la vanguardia: Miró, Picabia, Giacometti, así como heterodoxos norteamericanos como Guston; escuelas como el Action painting, el minimalismo y el arte conceptual y otras disciplinas como el cómic o la música popular en todas sus acepciones. 

Las obras que conforman Todo es mucho en el CAC Málaga, han sido realizadas en su mayor parte entre 2013 y 2018, aunque también se expone una de 2004, la más temprana, que sirve de partida. Además, tres obras pintadas en exclusiva para esta muestra, podrán verse por primera vez en el CAC Málaga. Así, las obras que podrán visitarse en el Espacio 2 y el Espacio Proyecto del centro, muestran diversas series que Hernández ha trabajado simultáneamente. Estas, pueden agruparse como: “pinturas lavadas”, con elementos flotantes, “paletas” y por último dibujos sobre papel y tinta. 

Para la realización de sus pinturas crea sus propias herramientas que inventa con su padre; puntas afiladas metálicas que ajusta a los tubos de pintura, pinzas para trabajar el despintado e incluso una hidrolimpiadora, al mismo tiempo que fabrica sus propios bastidores. En primer lugar, para las denominadas “pinturas lavadas” Hernández utiliza mangueras y chorros de agua a presión que eliminan y transforman fragmentos de las pinturas con el fin de acabarlas. 

Para empezar, Hernández pinta algunos gestos y formas sobre la primera mano de pintura que utiliza como base. En cualquier caso, las “pinturas lavadas” son terminadas con los chorros a presión que borran, lavan o transforman la imagen inicial. Al hacerlo, provocan arrugas en la superficie del cuadro; permiten ver en algunas zonas el lienzo desnudo; causan transparencias, o dejan al descubierto huellas de acciones pictóricas anteriores y de formas desaparecidas. 

Por otra parte, las obras con elementos flotando muestran numerosos elementos emergiendo en el espacio en configuraciones de aspecto dinámico y en ocasiones caótico. Sus fondos son monocromos, y muchas veces blancos. Estos elementos flotantes incluyen trazos, pinceladas, marcas, puntos, manchas y campos de color, signos, elementos figurativos como manos, ojos, piernas o incluso letras o palabras, como es el caso de Abierto en EE.UU (2011), donde en la parte superior derecha se aprecia la palabra escrita “rosa” o en Sin título (2010), el cual muestra el proceso previo a la obra terminada, pero siendo en sí una obra finalizada. Sobre ella, se pueden diferenciar algunos garabatos, líneas rectas y los colores rojo, naranja o gris pululando por él. 

Forman parte también de Todo es mucho, las llamadas pinturas “paletas” de Hernández, reconocibles por su acumulación de pintura y un proceso muy lento de secado. Su composición parece ser el resultado del azar, aunque sus colores y tonalidades pueden ser deliberados. Los colores, en alguna ocasión “íntegros” se entremezclan para formar nuevos colores. Si las “pinturas lavadas” implican descubrir los mínimos elementos con los que se puede hacer una pintura, las “paletas” tienen que ver con su exceso. 

Otro grupo de la exposición, lo conforman diez carboncillos. En estas obras sobre papel todavía más que en las pinturas, se entienden fácilmente las intenciones y las estrategias de Hernández, se aprecia el recorrido del carboncillo, es como la estela de una estrella que de manera sutil hace recorrer la mirada del espectador por donde el artista ha estimado. 

La obra de Hernández puede tener en general un aspecto expresionista, pero realmente no lo es. Obedece a planteamientos analíticos y reflexivos, y si existe en su trabajo una parte de improvisación, esto responde a ese afán de complejidad mencionado, permitiendo que el azar intervenga como otro elemento más.