El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga ha presentado (del 19 de enero al 22 de abril de 2018), Stephan Balkenhol, título de la muestra comisariada por Fernando Francés. Más de una treintena de esculturas conforman la exposición, una selección de los trabajos más significativos realizados en los últimos años por el artista alemán. Balkenhol, que lleva más de diez años sin exponer en un museo en España, utiliza la madera como material principal para crear sus personajes cotidianos, manteniendo en sus esculturas las marcas del proceso de la talla directa. La aspereza del desbaste contrasta especialmente en el juego de texturas de su obra. Un peculiar silencio acompaña a los personajes tan característicos y aparentemente comunes de Balkenhol. El artista crea una realidad propia que el espectador trata de descubrir.
Los personajes de Stephan Balkenhol (Fritzlar, Alemania, 1957), generalmente hombres y mujeres anónimos, con frecuencia se dejan ver de pie y vestidos de forma corriente. Sus posturas y apariencia son triviales, mudas y también misteriosas. Elementos tan caprichosos como la posición de las manos, la altura de los hombros o la inclinación de la cabeza se convierten en las claves ocultas que sugieren la relación de estas figuras entre sí y con el espectador. Artista figurativo muy vinculado a los cánones minimalistas, muestra sus personajes cotidianos, sus animales, solitarios o en grupo, y le caracteriza una forma especial de “tallar” la realidad. Busca todas las posibilidades de la escultura figurativa, pero siempre bajo un camino, línea o estilo coherente con su pensamiento. Las huellas, como las virutas, siguen siendo visibles: no se alisa y pule, sino que la superficie permanece viva y abierta.
Balkenhol trabaja la madera desde su infancia. Eligió este material por su facilidad a la hora de ser manipulado, además es liviano y puede trabajarlo de manera independiente, sin necesidad de un equipo, algo impensable a la hora de manejar otros materiales como la piedra o el hierro. La pintura consigue que se olvide hasta del propio material y hace que las esculturas aparenten ser más reales y vivas. Recientemente utiliza la en la mayoría de sus obras madera de wawa para crear sus personajes cotidianos, suele mantener en sus esculturas las marcas del proceso de la talla directa. Juega especialmente con las texturas, sobre todo contrastando la aspereza del desbaste con la finura del pulido. Son maderas astilladas, heridas con las marcas de la herramienta y en las que vemos la huella del proceso de creación. Maderas policromadas en las que el color ayuda a delimitar las formas.
Entre sus referencias: la historia del arte, el cine, la fotografía, la sociedad, la religión, la cultura, la muerte, el sexo, los animales, las imágenes icónicas y legendarias, etc. Cualquier aspecto que incida en la formación del ser contemporáneo tiene cabida en su repertorio de ideas y reflexiones. Sin embargo, hay un común denominador en su trabajo, en su pensamiento y en su obra: el hombre actual. Balkenhol eleva a la máxima consideración la idea del hombre común, del ciudadano de a pie, solitario, relajado y hierático al tiempo.
Su producción es ingente, el artista alemán puede realizar hasta cien esculturas por año. Entre las treinta y tres obras que componen la muestra, también acompañan la exposición siete obras planas de madera o bajorrelieves. El tipo de relieve predominante en su obra, es el de un panel de madera del que talla sus figuras, dejando la parte posterior del panel como fondo, lo que resulta un efecto altamente pictórico. En Man with fishes, (2017), Relief fliegender Mann (2017) o Relief Mann vor vier Häussern (2017), se aprecia una característica nada común en la obra de Balkenhol. Si para el artista es de suma importancia la relación de la obra en sí con el entorno para poder completarse, en esta ocasión aparecen escenas en la misma obra. Una narración, donde el protagonista vuelve a ser la figura humana del hombre de pantalón negro y camisa blanca, bien nadando en un mar negro entre peces, volando entre las nubes o paseando por una geométrica ciudad, conectada por pasos de peatones. Otros relieves como Man with green shirt (2017), o Relief Mann blauer Hintergrund (2017) tienen apariencia de fotografías de identificación de una persona, por el plano que Balkenhol ha elegido y por la actitud callada, familiar y distante al mismo tiempo de cada una de ellas.
La forma de tratar el material y de concebir el espacio por su mentor Ulrich Rückriem, supuso una gran influencia en su obra. El artista cree que algunos de los credos estéticos de su tutor se han convertido en parte de su trabajo, aunque de manera diferente. Este aspecto inacabado se aprecia en casi toda la obra de Balkenhol, como por ejemplo en el vestido de Frau in Robe (2017).