Exposición de Octavio Colis acerca del vino en el Archivo Municipal


En las Salas Mingorance del Archivo Municipal puede visitarse ‘El vino en todos los sentidos’, una exposición del artista Octavio Colis, autor de más de una docena de libros, entre ellos el que da nombre a la exposición. Este artista polifacético (grabador, diseñador, escritor y pintor) ha expuesto en algunas de las galerías más relevantes de España y ahora llega a Málaga con 47 piezas artísticas, de formato medio, entre pintura, dibujos originales, obra gráfica, una escultura, un tapiz, cuadernos de viaje y bocetos. Entre los dibujos se encuentra uno dedicado a los colores de los vinos de Málaga con toda la gama de tonalidades.

Con esta exposición, el Área de Cultura tiene el objetivo de potenciar y vincular las artes plásticas con la gastronomía y la cultura del vino como generadoras de sinergias, en la que Málaga es una referencia.

La exposición es una síntesis de dos facetas destacadas de Octavio Colis (1948): la escritura y la pintura; a lo que se le une el conocimiento sobre el vino que ha adquirido y que a lo largo de los años le ha convertido en un degustador de caldos. En ‘El vino en todos los sentidos’ se muestran los hallazgos, encuentros y casualidades que han hecho evolucionar tanto al vino como a los viñadores en los cinco continentes. En esta exposición se exhiben los originales de todas las ilustraciones incluidos en el libro publicado en 2019. En definitiva, la muestra puede considerarse una extensión del libro, que es una obra casi enciclopédica, con 788 páginas dedicadas al vino.

Octavio Colis ilustra tanto en las obras ahora expuestas en las Salas Mingorance como en el libro aspectos poco habituales en la cultura vitivinícola. Así, figura su relación con las creencias religiosas, sus orígenes en las culturas antiguas -remontándose al Paraíso y la parra aliada con las levaduras como árbol prohibido- o los acontecimientos históricos que influyeron en la conformación de las grandes zonas vinícolas españolas, que desde el Neolítico se descubren como una tierra fértil para la viña.

Octavio Colis se refiere así en la hoja de sala a los caldos malagueños: “El entorno geográfico de los vinos málaga va de la Axarquía, de orografía accidentada y clima cálido y poco lluvioso, a los Montes de Málaga, de mayor altitud, más fría y lluviosa. La Zona Norte se extiende por la Vega de Antequera, de clima continental con inviernos fríos y veranos calurosos. La Costa Occidental es terreno de colinas con clima caluroso y poco lluvioso. La Serranía, montañosa, en donde los factores geográficos generan una gran riqueza de matices climáticos que la diferencian de otras comarcas geográficas aledañas. Y desde el pasado andalusí se ha hablado mucho del vino xarab al malaquí y de la práctica del asoleo y enyesado de las uvas, de las uvas pasas, de los vinos de arrope y de los vinos dulces de todos los colores, que proporcionan precisamente esas condiciones climáticas y edafológicas particulares del terreno en el que se desarrollan secularmente.

Porque analizando el vino malagueño, también aquí, como en todas partes, la altitud del viñedo confiere a los vinos diferentes rasgos diferenciales de los de las vegas llanas, o de los que están en las proximidades del mar.

Las uvas de las tierras altas tienen mayor radiación solar, y la diferencia térmica entre el día y la noche es mayor, y los vientos de altura proporcionan una mayor sanidad a la uva, lo que permite un tipo de viticultura que no necesita recurrir a pesticidas (teniendo en cuenta que si fuera indispensable su utilización indicaría claramente que el viñedo está mal situado, o el varietal mal elegido). A mayor altitud los suelos son más pobres en materia orgánica, y más pedregosos, que son las condiciones óptimas para un mayor y mejor drenaje para la raíz de la vid.

La capacidad fotosintética de un viñedo depende obviamente de la radiación solar, de las horas de esa radiación, que en las tierras altas de climatología templada son más directas y prolongadas, y de la máxima superficie foliar expuesta.

Los vinos son como son precisamente por el lugar en el que están hincadas sus cepas y por las levaduras autóctonas que colonizan esas tierras. Podría ser que otras levaduras y otros varietales procuraran mayor rendimiento, pero nunca mayor calidad.

Y una vez que los viticultores controlan y entienden sus viñedos, y los enólogos y bodegueros se acomodan a las posibilidades de elaboración de la uva con la que vinifican, sus vinos tienden a mantener la personalidad única que les procuran esas condiciones diferenciadoras.

Esto lo han entendido especialmente bien los nuevos viñadores, agricultores, enólogos y bodegueros, porque el futuro del vino no estará en un próximo futuro en las denominaciones de origen, sino en los terruños, en el conocimiento de sus características edafológicas singulares y las de los varietales hincados; en el cuidado específico más adecuado, en las podas más adecuadas, en la preservación de las levaduras autóctonas.

Y también en la publicitación de estos valores indispensables para el mantenimiento de la calidad por encima de la cantidad. Tal es el objetivo de esta exposición, EL VINO, en todos los sentidos”.

La muestra puede visitarse hasta el 15 de septiembre de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:00 horas. Los sábados y domingos de 10:00 a 13:00 horas.